A pocos días de que acabe agosto, los hortelanos de la red Algarbía en Transición ya estamos preparando la huerta de cara al otoño. Es el momento de retirar los cultivos que ya han dado su cosecha estival y preparar los bancales para las hortalizas que no toleran el calor de nuestro verano. Habéis sido muchos los que habéis disfrutado de los sabores de las frutas y hortalizas de temporada, ecológicas y de proximidad gracias a la moneda algarbe y a la facilidad de uso que supone la app. para el teléfono móvil.
Somos ya un centenar de usuarios de la moneda. En el último año, los usuarios hemos realizado casi 300 intercambios por un valor de más de 2.300 algarbes. No está nada mal, teniendo en cuenta que aún estamos aprendiendo a vivir con la moneda. Y es que aún no nos creemos el hecho de que somos nosotros mismos, con la confianza que depositamos en nuestros iguales, quienes creamos el dinero.
No voy a entrar en detalles sobre los fundamentos de un sistema monetario de crédito mutuo como el de la red algarbe; si deseáis saber más, os invito a la lectura de la guía LADA sobre ‘Cómo hacer una moneda social’.
Los esfuerzos se dirigen ahora a seguir ampliando la comunidad, a dinamizar el uso de la moneda, a identificar las necesidades individuales y colectivas y ayudar al usuario a expresarlas y conseguir satisfacerlas. Empezaremos el otoño con una ruta de talleres donde iremos dando a conocer la moneda en diferentes poblaciones y daremos pautas para la creación de comunidades y redes de ayuda muta a nivel local basadas en el uso de la moneda. Queda mucho por hacer, sobre todo, ayudar a romper las barreras mentales que nos impiden ser soberanos de nuestro propio dinero.